martes, 16 de febrero de 2016

Qué pesadilla: la refrigeradora está vacia

Mi casa es bien peculiar aunque depende de cuál de ellas hablemos. Los días “escolares” los paso donde mi papá y adivinen su cocina y refrigeradora está llena de: agua, agua al tiempo, agua de la llave, agua congelada, agua fría, agua hervida y agua evaporada. Sí, no hay muchas opciones de donde elegir a la hora de cocinar, en realidad ahí es poco lo que se cocina.
Por otro lado siempre que cocino lo hago de manera espontánea, nada preparado, por lo que usualmente lo hago con lo que encuentro en casa. Es raro que vaya al supermercado con una lista detallada según una receta. Cuando voy al supermercado y lo más probable es que sean compras para la casa de mi mamá y mi lista de compra se divide en 50 % básicos (como leche, pan, arroz, frijoles, huevos, etc.) y 15 % promociones y ofertas irresistibles y el último 35 % de compra impulsiva.
Te preguntarás cómo sé qué cocinar entonces, bueno la verdad soy muuy experimental. Me encanta revisar la refrigeradora y crear una receta nueva con lo que encuentro. Cocinar es una aventura para mí, voy probando ingredientes que encuentro en mi cocina, mezclando y lo más inusual, rara vez voy probando lo que voy cocinando. Sé que es raro. Podríamos decir también no tengo una relación estrecha con las recetas, leo una y después busco dos o tres más y luego improviso con lo que aprendí.
A propósito de este post decidí revisar un poco mi cocina y con los ingredientes encontrados crear algo. Recuerdan el post anterior es de papas gratinadas, bueno en esa receta use espinacas y crema de leche, de lo cual me sobró un poco. También encontré: harina, huevos, leche y queso duro o seco. Entonces decidí iba hacer un pastel, no uno dulce si no salado.

Ingredientes:
Masa:
1 ½ taza de harina
1 huevo
1/3 de taza de leche tibia
2 cucharadas de margarina
1 a 3 cucharadas de azúcar, como lo prefieras.
Sal
Relleno:
½ libra de espinacas
3 Dientes de ajos
Margarina o aceite
Queso: cuanto gustes y cual gustes, aproximadamente 1 taza.
Opcional: Crema de leche

1.      Mezcla la harina, sal y azúcar con la margarina, el huevo y la leche tibia. Al comienzo con un tenedor, luego termina amasándola con la mano. Nota: Si aún se te pega a las manos ve muy lentamente agregando harina.
2.      Reposa la masa, yo suelo echarle un chorro de aceite de oliva.
3.     Lava, corta y cocina las espinacas con el ajo y la margarina o aceite.
Nota: El queso que yo usare es muy salado por lo que no usare sal, pero dependiendo de tu queso puedes agregarle.
4.     Si gustas agrega la crema de leche cuando ya hayas cocinado la espinaca y hayas apagado la hornilla.
5.     Amasa un poco y separa la masa en dos partes, estira una parte y ponla en un molde para horno.
6.     Vierte toda la mezcla de espinaca y el queso.
7.     Estira la segunda parte de la masa, cubre y une las dos partes.
8.     Precalienta el horno en 350 grados Fahrenheit y hornea por 20 minutos.
Nota: Puedes agregar albahaca al finalizar el horneado.


Lo genial de esta receta es su versatilidad pues en realidad puedes cambiar el relleno al que más te guste. Podrían ser: hongos, jamón, queso crema, chicharrón; lo que sea. Si te motivas y experimentas con tu propia combinación no te olvides de contarnos.¡Que lo disfruten!

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